viernes, 5 de diciembre de 2008

Coaching en época de crisis

Por Francisco Javier Cantera Herrero

Todo Coach es abordado con la idea de poseer la varita mágica de la serenidad en época de crisis, y no se cae en la cuenta de que por su oficio los Coach estamos expuestos a los continuos lamentos de los directivos. Como aquél "cura de pueblo" que sabía más por lo que la gente creía que sabía que por lo que sabía realmente, nos encontramos que la profesión de Coach nos convierte en una incolumne esfinge. Y este rol de "escuchador habitual" nos protege de caer en visiones de gurú medio pesimista. Nuestro valor está en la capacidad de reflexión que aportamos por nuestra escucha activa más que por nuestras originales aportaciones a la teoría del Management. Se suele distinguir un Coach porque siempre te responde haciéndote una pregunta. Por tanto, pedir consejo en época de crisis a un Coach es buscar las preguntas básicas de cualquier crisis.

En esta crisis de enorme calado mediático y tan carente de sentido común, nos suelen exigir a los Coach que dotemos de serenidad al directivo, pero fundamentalmente observamos que el origen de su inquietud está en lo inexplicable de las causas, en lo imprevisto de su evolución y en lo insondable de sus consecuencias. Por esto, a esta crisis se la ha denominado como una "CRISIS IN", donde habitualmente aparece una palabra que empieza por in después de la reiterativa palabra CRISIS. Con este contexto, en una reunión de Coach en los últimos días propuse el afrontar la crisis como actitud personal, y una estrategia frente a las preguntas de nuestros clientes que pueden resumirse en cinco categorías de preguntas:

I. ¿Qué ha cambiado tu trabajo por la crisis? (DIAGNÓSTICO COMPARTIDO). Hay sectores, empresas, países, oficinas, etc. donde la contestación a esta pregunta tiene un enorme impacto. Pero es necesario empezar con un diagnóstico cercano para actuar, es clave que la búsqueda del origen de la crisis es un breve ejercicio técnico, pero podemos encontrar los resortes cercanos que puedan explicar mi situación frente a la crisis. No se trata de olvidar el diagnóstico total de la crisis, sino más bien poner un foco en el ¿aquí y ahora? El diagnostico cercano. Todavía recuerdo los recovecos mentales de concausas de la crisis en USA, cuando la conducta a desarrollar para cambiar se debe centrar en el análisis cercano del nivel de afectación personal. Con este diagnóstico cercano, cuando se pone foco en la situación concreta del cliente es más fácil tomar decisiones de sentido común. Buscar culpables te puede dar una sensación de tranquilidad intelectual, pero analizar la incidencia de la crisis en tu trabajo diario posibilita actuar para superar la crisis.

II. ¿Qué puedes hacer para mejorar en época de crisis? (PLAN DE ACCIÓN POSIBLE)
Tiene tres matices:
i. El realismo de lo ¿qué se puede hacer?. Frente a la crisis hay dos reacciones estereotipadas como vemos en nuestra gran obra "Don Quijote", la visión idealista de DON QUIJOTE, la crisis cual molinos de viento que se hacen pasar por gigantes, y vamos a luchar sólo con mi acción individual. Y la visión realista, la crisis es inevitable y mientras pasa, a ver cómo me resguardo, el mundo está lleno de SANCHOS PANZAS en época de crisis, que sólo saben guardarse esperando momentos mejores. Como decía UNAMUNO, entre Quijote y Sancho Panza, me quedo con los dos. La postura real implica la ilusión del ideal y la reflexión del realismo. Es habitual que el Coach insista en un principio realista de intervención para afrontar la crisis con ideas ilusionantes, pero en el nivel más ajustado a la realidad. Hay que gestionar las expectativas con la experiencia anterior, pero con una actitud retadora a la crisis.

iii. La orientación hacia la mejora, la crisis no debe entenderse solamente como una situación inadecuada sino simplemente como otro ecosistema de desarrollo. En muchas ocasiones, visualizamos la crisis como la "carencia de algo", cuando simplemente es un cambio de lógica de actuación. Estar en crisis no significa estar peor sino que tenemos que cambiar. De ahí la importancia del concepto de mejora, no sirve para orientarnos al crecimiento en época de recesión en otras variables. Las crisis sirven para mejorar en el cambio y no sólo para mantener el STATUS QUO.

iii. El concepto temporal de "época de crisis", es decir, durante un determinado tiempo hay crisis. Una característica inherente a la crisis es su limitación temporal. Sólo estamos seguros que la crisis no puede cambiar, pero que más o menos tarde acabará de existir. No porque volvamos a la situación de origen sino simplemente porque mentalmente nos adaptaremos a otra necesidad. Dejaremos de llamar crisis a la situación y, por tanto, mejoraremos. Es curiosa la preocupación por la pregunta ¿Cuánto durará la crisis? Parece como si lo importante es saber cuánto, cuando la pregunta básica es ¿cómo?. No se trata de saber el tiempo sino de trabajar para visionar un nuevo futuro.

Tras un diagnóstico cercano hace falta un plan de acción posible.

En muchas ocasiones hay voluntarismo a la hora de afrontar la crisis, pero falta la prueba de lo posible. El posibilismo es el acercamiento a la solución de los posibles desde el saber hacer y el querer hacer. Sustituyendo los caminos trillados de lo real, pero sin caer en las sendas amazónicas de lo ideal. Generar expectativas posibilistas a la crisis es el primer éxito para afrontar una crisis.

III. ¿En qué tienes que cambiar personalmente para mejorar en una época de crisis? (CAMBIO CON LA CRISIS). Es más fácil mirar afuera y decir que te parece y lo que no para mejorar en la crisis. Pero es de enorme calado el aceptar que el origen de la superación de la crisis está en tu gestión personal. Una vez establecido el diagnóstico cercano y el plan de acción posible tenemos que cambiar para poder conseguirlo. Con la misma forma de pensar, los mismos conceptos, las mismas vivencias, las mismas experiencias no se pueden afrontar una crisis. Toda crisis implica un cambio personal, edificar tus ideas y hacer nuevas conductas donde no estamos habituados. Este cambio de registro de conducta debe implicar ante todo una actitud a cambiar, no hay nada más inútil que mantener tus formas de hacer en época de crisis, sin cambio no hay evoluciones. Esta pregunta se refiere al cambio personal que estamos dispuestos a desarrollar para superar la crisis. Este cambio con la crisis es un pilar de la situación, pues si sabemos cómo nos afecta la crisis y cuál pueden ser sus soluciones sólo tenemos que tener una actitud de cambio para conseguir la mejora frente a la crisis.

IV. ¿Qué datos te guían para saber la evolución de la crisis? (DATOS DE LA CRISIS). Toda crisis para ser gestionada debe conocer su evolución, más que preocuparnos el tiempo de duración nos debe ocupar en el conocimiento objetivo de su evolución. Es fundamental, saber cómo evolucionamos, y si el diagnóstico, el plan y el cambio que estamos haciendo esta consiguiendo resultados. En muchas ocasiones recelamos de medir o apreciar la evolución de las crisis para evitar datos negativos. Negar los datos es como negar la crisis. Una crisis no es fruto sólo de las condiciones objetivas de la realidad sino también de las percepciones de las personas. La confianza que tiene mucha fuerza en épocas de crisis se basa en un percepción de la realidad que influye en las expectativas de la gente. Por tanto, hacen falta datos, pero analizados longitudinalmente para apreciar los cambios dentro de la crisis. Estos cambios nos indican su evolución y nos permiten contrastar nuestro diagnóstico, plan y cambio personal. Los datos de la crisis son fundamentales a la hora de buscar soluciones y ante todo, verificar la evolución para flexibilizar, contingenciar o cambiar los planes realizados hasta el momento.

V. ¿Qué tolerancia a la frustración se tiene para superar un proceso de crisis? (ACTITUD POSITIVA) Este proceso personal de sensación de la crisis como un largo camino ayuda a un fenómeno básico que es la tolerancia a la frustración. En el mundo actual estamos habituados al refuerzo inmediato de nuestros logros, a satisfacer las necesidades rápidamente, a recibir las recompensas inmediatamente y esta actitud de satisfacción rápida va en contra de una lógica de actuación en una crisis. La crisis requiere de paciencia, templanza y de perseverancia para conseguir los objetivos, y por tanto, necesitamos ejercitar la convivencia con la frustración. En el modelo clásico, donde se demoraba la recompensa y servía para conseguir objetivos a largo plazo, ejercitábamos algunas habilidades que hoy están olvidadas. Las personas con muchos años de experiencia en una misma Empresa, el éxito en la cincuentena, el recoger los frutos tras años de trabajo, facilitaba la comprensión de la paciencia. Las prisas personales conllevan a decisiones poniendo el foco en el tiempo y no en la calidad. Centrarme en soluciones definitivas, originales y aprender de una crisis implica invertir en tiempo, y lo que es más básico, superación de una concepción de éxito basada en la inmediatez de las soluciones. Esta actitud de tolerancia de la frustración es el ámbito donde más debe trabajar el Coach para facilitar una solución armónica a una situación de crisis.

En definitiva, la labor del Coach frente a la pregunta del cliente: ¿qué puedo hacer frente a la crisis?, tiene que trabajar estos 5 conceptos:

-Diagnóstico cercano. ¿Cómo te afecta a ti la crisis?
-Plan de acción posible. ¿Qué puedo hacer?.
-Cambio con la crisis. ¿Qué tienes que cambiar?
-Medidas para saber cómo evolucionar en la crisis ¿Qué datos tengo sobre la crisis?
-Tolerancia a la frustración. ¿Qué actitud tengo que tener frente a la crisis?.

La palabra crisis asusta, pero a mi me asusta más ver a directivos "pasmados" frente a una percepción grandilocuente de la crisis, directivos embarcados solamente en salvar los muebles sin innovar, que quieren dirigir igual de como lo han hecho anteriormente sin apreciar los efectos de la crisis y fundamentalmente, que se desespera por estar en crisis.

No hay que olvidar que sin crisis no se explica la teoría de la evolución ni el desarrollo de la personalidad del ser humano. Hay algo más humano que estar en crisis. Pues una crisis externa se puede convertir en una cruz diaria de sinsabores intelectuales o en un acicate diario de pequeños éxitos. La crisis se supera haciéndose preguntas, planteándose mejoras y al final, conduciéndose de forma diferente para conseguir resultados distintos. No hay crisis que perdure hay personas que piensan que la crisis perdura. Ah...no olvidéis vuestra confianza porque fundamentalmente se pierde con la niebla de la crisis, y sin ella no hay salida. Y como decía George Lucas, que la fuerza de la confianza os acompañe.


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