viernes, 13 de febrero de 2009

Los Hunos y el Liderazgo Parte 3

LIDERES Y LIDERAZGO

  • Los reyes siempre deben designar a sus mejores hunos como capitanes, sin importar cuan necesarios sean en su puesto actual.
  • Los reyes nunca deben nombrar capitanes simulados. Deben poner a cargo al huno más capacitado, otorgarle responsabilidad y autoridad, y entonces mantenerlo como responsable.
  • Un capitán inteligente nunca depende de la suerte, sino que siempre confía su futuro al trabajo duro, a la resistencia, a la tenacidad y a una actitud positiva.
  • Un capitán inteligente sabe que es responsable del bienestar de sus huestes y actúa de acuerdo con esa responsabilidad.
  • Ser líder de los hunos suele ser un trabajo solitario.
  • Una vez que se comprometen a actuar, los capitanes deben presionar para lograr la victoria y no para empatar sin comprometerse.
  • La toma de riesgos compartida fortalecerá las relaciones entre un capitán y sus hunos.
  • Los capitanes fuertes estimulan e inspiran el desempeño de sus huestes.
  • Los mejores capitanes desarrollan la habilidad de hacer las preguntas correctas en el momento adecuado.
  • Un capitán nunca puede estar a cargo si monta a la retaguardia.

CAPACITACION

  • La capacitación adecuada de los hunos es esencial para la guerra y no puede ser ignorada por los capitanes en tiempos de paz.
  • Las habilidades que pueden enseñarse son para los hunos en desarrollo.
  • Las habilidades que pueden aprenderse están reservadas para los capitanes.
  • La consecuencia de no capacitar adecuadamente a los hunos es no lograr lo que se espera de ellos.

DELEGACION DE AUTORIDAD

  • Los capitanes nunca colocan a sus huestes en situaciones en que sus puntos débiles prevalezcan sobre los fuertes.
  • Los hunos que tienen éxito normalmente logran lo que su capitán espera de ellos.
  • Un capitán inteligente nunca espera que sus huestes actúen mas allá de su conocimiento y capacidad.
  • Un capitán inteligente siempre asigna misiones difíciles a los hunos que son capaces de realizarlas.
  • La abdicación no es delegación, sino un signo de debilidad. La delegación es un signo de fuerza.

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