sábado, 3 de mayo de 2014

La casa

Con madera podrida en sus paredes, que dejan ver grandes agujeros, se mantiene firme la casa.

Miles han pasado por ahí, mucho maltrato ha sufrido. Aún así, dispuesta está para cumplir su misión.

Ya no recuerda su primera identidad, muchas veces la han cambiado, más ella sabe que lo relevante no está afuera.

Sus viejas vigas se mantienen, a pesar de sus dolores. La casa cuida y protege, porque para eso nació.

La casa ignora como luce. No le importa cómo huele, no le importa cómo suena. La casa enseña que lo importante es el propósito.

De la casa hay que aprender que lo superfluo no es mejor que lo relevante.

El propósito debe mantenerse, a pesar de lo que la vida nos arroje.



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